Mi relación con los hombres
y la manifestación de la energía masculina.
Hace muchos años era una mujer que tenía mucha rabia hacia los hombres. No permitía que ninguna de mis parejas me ayudara a sostener algo pesado o me diera la mano en trayectos de montaña que implicaban un riesgo para mí. Siempre los veía inferiores, por debajo de mi hombro y sentía que ninguno de ellos me era suficiente; me costaba quedarme en una relación y aunque durara un largo tiempo con mis parejas siempre aparecía el desasosiego y las ganas de querer irme.
Esta rabia era muy antigua, venía de mis abuelas y las mujeres en general, de una cultura que violentó y apagó sus dones. esto fue anidando en nosotras rabia y dolor.
Y ¿qué hacemos con la rabia? podemos sentirla, llorarla, expresarla, gritarla, es necesaria, es el paso de transmutación, una vez la atravesamos podemos abrirnos a la comprensión y al amor.
Cuando revisamos esta relación con lo masculino, nos abrimos al amor, a confiar en los hombres, atraemos a nuestra vida hombres conscientes, cuidadosos, que saben honrar la mujer que somos. Nosotras comenzamos a honrar su camino, dejamos de exigir que respondan a estereotipos culturales, permitimos su vulnerabilidad, no tenemos miedo de ella.
Ala energía masculina no está presente solo en hombres, ella se expresa en hombres, mujeres y en la naturaleza en general, puede estar volcada hacia lo luminoso o hacía lo sombrío, este último es quizá el lugar en el que se encuentran muchos hombres; pero esta energía en su lado luminoso nos permite la manifestación, la acción concreta y práctica de lo que soñamos y por mi experiencia personal, al honrar a los hombres de mi vida, honro también la energía masculina que está en mí y esto me ha permitido a su vez manifestar mis sueños.
El primer paso es observar cómo está nuestra relación con ellos, reconocer la rabia, el dolor y el de nuestras antepasadas; encontrar las maneras de expresarla, comenzar a ser consciente de cómo nos comunicamos con nuestra pareja, amigos, padre, hermanos. ir encontrando caminos que nos ayuden a dejarnos sostener, guiar, recibir, a mí me ayudó tomar clases de tango: el tango para muchas personas puede ser un baile machista, yo pude resignificarlo y ahora lo veo como una danza que te invita a una profunda comunicación con el hombre, necesitas estar observando todo el tiempo su pecho, si puedes seguir su corazón tus pies bailarán fluidamente, si no, la danza no es posible. Y cuando hemos estado tanto tiempo en la pelea, viene muy bien poder rendirse, entregarse al ser guiada y sostenida por ellos.
También, esta conciencia te va a permitir construir relaciones más sanas y felices en tu vida, crear y dar a luz ideas, proyectos, libros , vidas junto a los hombres, no en oposición a ellos.
Con Amor,
Móni.
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2019
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